Delicia soporífera relamen los iracundos, sospechas de ansias de pasigüedad... ayer, la vida se nos pasa con sabores de nostálgica pérdida; de ésas, donde la congoja no le podemos dar tregua, más que... como un sorbo de té amargo con gotas de soledad. Hoy, no soy más que otro loco infame, que no se dá cuenta de su estúpida y avergonzante calamidad... el ritmo de mis pasos van en delantera a la razón. Si es que, existe tal... manejarse en un mundo sin sentido es como hacerle comprender a un ciego que la vida se rige de imágenes; cuando éste no sabe de mezquindades y se intensifica la existencia en otros espectros... es buscar en ajeno lo nuestro. Es tratar de ser recto en un mundo de curvos, es querer tomar un camino en un terreno infinito... mañana, llega... siempre llega, aunque a veces si se quiera... aunque a veces, no se quiera. ¿Te aferras?...¿te desprendes?. Son como desiciones eternas... vas o vines. Camines o te detengas, siempre llega... ese mañana incesante, insustancial, inmaterial... a veces cansa; a veces mata y a veces esperanza... y si; mi amigo, en mí existen sospechas de pasigüedad... aunque no dejo de ser un iracundo en este pleno instante de mi palabrear.
A. Doyharzabal Foto: El grito.Edward Munch
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